martes, 14 de octubre de 2008

Pensando en Ana...

Ana daba vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño.
Intentaba aparentar todo tipo de pensamientos negativos de su cabeza, pero no lo conseguía.
Nunca había soportado la autocompasión - ella era demasiado dura para sentir algo así -, pero esta vez no lograba escapar de cierta sensación que le provocaba pena por ella misma. Julia le había explicado una y mil veces que en algunas ocasiones es necesario que uno se compadezca de sí mismo porque lo que le ocurre es triste y no está mal sentir esa autocompasión. Sin embargo, Ana no concebía cierto tipo de sentimientos.
Sentía tanta rabia por dejarse llevar por esto que, de haber sido capaz, se hubiera golpeado a sí misma con rabia, asco y frustración, mucha frustración.
Hace unos meses, las cosas eran diferentes. Estaba ilusionada, hasta las cosas más pequeñitas conseguían que se apasionara con cualquier cosa y que pusiera todo su empeño en hacer lo que fuera necesario. Estuvo un tiempo muy contenta,un brillo de esperanza se reflejaba en sus ojos y aunque esa horrible voz interior no dejaba de susurrarle "No te fíes...", ella procuraba ignorarla y vivir plenamente esos bellos
momentos. A pesar de todo, Ana aparenta normalidad. Ha tomado una decisión y piensa llevarla a cabo hasta las últimas consecuencias. Es la mejor manera de evitar su propio sufrimiento. Quizá pierda bastante en el camino, pero la tranquilidad que todo esto le aportará compensa para ella cualquier pérdida futura.



Ana es una chica muy joven. A pesar de ello, sufre a menudo por su hipersensibilidad. No le gusta ser así pero tampoco puede evitarlo.
¿Cuál crees que es la decisión que ha tomado? ¿Qué piensas que ha podido ocurrirle?

7 comentarios:

Aileon dijo...

Sinceramente no sabría qué decirte, porque puede tener muchas interpretaciones. Me faltan datos para poder descartar y centrarme en una sola idea...

Buen texto.

Un besote

Aileon dijo...

Por cierto, me ha llamado la atención el libro que estás leyendo, y que no he tenido el placer- aún- de leerlo. Veo que realmente merece la pena.

Tuve el placer de conocer a Carmen Martín Gaite poco tiempo de morir.
Fue un honor.Son de esos encuentros que sabes que jamás olvidarás. Su voz...Todo, aunque he leído muy poco de esta gran escritora.

Pandora dijo...

Jo, qué envidia, Aileonn. Mi libro favorito es Nubosidad variable y todos los demás que he leído de Martín Gaite me han encantado. Este me lo mandaron en una asignatura pero como estaba al final del programa no pudimos darlo y acabo de leérmelo ahora; merece la pena, en serio, así que, si te animas, adelante.
Muchos besos.

Anónimo dijo...

Sí, fue un enorme placer.
En la universidad donde estudié era -y es- muy normal que vinieran algunos de los grandes escritores, entre ellos, Carmen Martín Gaite. A los pocos meses murió. Tengo un buen recuerdo.

Te digo lo del libro porque he leído muchas críticas, pero la verdad es que prefiero no darle mucha credibilidad.
Prefiero leerla con mis propios ojos y sacar mis propias conclusiones.

Por cierto, ¿nos puedes dar más datos sobre tu escrito? :)

Saludos

Julia dijo...

Buenas noches Pandora.
A mí me ocurre igual que a Aileón. Creo que me faltan datos aunque tengo varias posibles ideas pero..., no me atrevo a exponerlas por esa faltas de datos....
Vale, me arriesgo aunque seguro que estoy totalmente equivocada: Una enfermedad. Una adicción.
En un principio pensé en una amor de esos totalmente imposibles pero creo que lo descartaré.
Un saludo.

Julia.

P.D.: A mi también me da envidia sana Aileón por haber podido conocer y hablar con Carmen Martín Gaite.

Anónimo dijo...

No lo quería decir, pero estoy contigo, Julia.
Yo apuesto por la enfermedad. Ahí hay un problema interno, y no externo. El amor lo descarto, aunque si es cierto que nos faltan datos...

Para Julia: Puede que haga una entrada sobre esos encuentros de escritores que organizaba y organiza el profesor aquel que me hizo llamar a su despacho...

Besos

Pily dijo...

Vaya una enfermedad...da que pensar!