martes, 30 de septiembre de 2008

Viaje a las profundidades

Ayer cogí el metro.
Bueno, más bien podríamos decir que ayer viajé en metro; y digo viajé porque la sensación que experimenté estando tanto tiempo en el mismo asiento y sin ver la luz del sol se me hizo tan intensa que me pareció que había hecho un viaje en toda regla.
No me gusta el metro. Por circunstancias de la vida me muevo más en otro tipo de transporte y apenas uso este (a Dios gracias) pero cada vez que lo hago, lo paso fatal, tanto, que prefiero hacer un trayecto mucho más largo a fin de evitar este amargo trago. No sé, me parece algo siniestro transportarse a través de las entrañas de la tierra de un lado a otro y dejar que luego las bocas de metro te vomiten lejos del punto de partida... Creo que es bastante peculiar si te paras a reflexionar. El tren es diferente, más amable, más alegre... En general, puedes observar el paisaje y no te sientes atrapado en los inframundos más profundos, de vez en cuando un tímido rayito de sol aparece e ilumina algún asiento y, quieras que no, eso da bastante tranquilidad.
Seguiré intentando evitar este maligno transporte en la medida de lo posible y si en alguna ocasión tengo que caer en sus garras de nuevo, procuraré pensar que, pese a todo, "Metro de Madrid vuela".

lunes, 22 de septiembre de 2008

Protegida entre las sábanas

El sonido de la lluvia golpeando fuertemente en la calle me ha despertado... Me he quedado unos segundos desorientada y luego he descubierto el origen de ese golpetear... Me he acurrucado entre las sábanas mientras innumerables relámpagos iluminaban la habitación... Una tormenta de verano. Digo de verano sabiendo que ya el verano empieza a esfumarse pero es que era una tormenta de verano, con el fuerte sonido de la lluvia sobre la acera, los truenos retumbando estruendosamente, la iluminación cegadora de los relámpagos... Yo he seguido entre las sábanas, muy quietecita, escuchando todo esto y disfrutándolo con calma. ¡Qué sensación! Parece que todo se rompe, estalla y se viene abajo fuera mientras tú te sientes completamente protegido bajo una simple sábana... Ojalá pudiéramos sentir siempre así...

jueves, 18 de septiembre de 2008

Septiembre

Pasan los días, las semanas, los meses... Todo vuelve y se repite incansablemente... Tantos lunes, tantos eneros... Y siempre vuelve septiembre...
Llega septiembre con su abrigo de lluvias, en el pelo algunas hojas ya marchitas; porta en su mochila un cuaderno de esperanzas, de ilusiones, de novedades... Y siempre vuelve la nostalgia... Nostalgia de todo, de lo pasado, de lo que aún no ha llegado, de lo que sin duda vendrá... De todas aquellas cosas que no quisimos que pasaran y de algunas otras que en las noches oscuras acompañan nuestra soledad.
¿Qué tiene septiembre que nos deja el aroma del café recién hecho y las tostadas calentitas de por la mañana? Aquellos estuches nuevos, las mochilas por estrenar, los nuevos profesores, nuevas caras...
Siempre que llega septiembre, me invade la nostalgia. Es como si acabara algo y empezara otra cosa nueva... Eso, indudablemente tiene cierto matiz triste: los finales son tristes, los comienzos esperanzadores; el choque de ambos sentimientos produce esta dulce nostalgia...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Soledad

Hace algunos años, cuando era pequeña, me gustaba quedarme un rato despierta en la cama imaginando... Imaginaba que en las frías y oscuras madrugadas salía a pasear por las calles, sola, sin más compañía que mi propia sombra... Nada podía ocurrirme y yo caminaba y caminaba por calles desiertas, paseaba por parques vacíos, iba de un lugar a otro sin encontrarme con nadie. No sé pero me producía una gran satisfacción imaginarme esto, me gustaba esa sensación y ese sentirme parte del mundo dentro de la soledad que me rodeaba...
Ahora ya no imagino esas cosas, la soledad ya no la busco como una manera de disfrutar, ahora hay veces en las que necesito esa soledad pero como una huida, una huida de un mundo que no siempre entiendo y en el que no siempre me encuentro cómoda. A lo largo de estos años he paseado sola muchas veces (a menudo no de forma literal), he disfrutado de este sentimiento y he sufrido con él...
A menudo me pregunto, ¿huimos buscando soledad o abrazamos esa soledad para que alguien nos encuentre?

martes, 16 de septiembre de 2008

Recuerdos

Dando vueltas en la cama, intentando escapar del insomnio, anoche empecé a pensar y recordé...
Recordé cosas de cuando era pequeña, recordé sensaciones que producían las tonterías más pequeñas, recordé ilusiones que tenía y recordé un mundo diferente donde lo verdaderamente importante distaba mucho de lo que ahora considero vital en mi vida.
Qué ilusión me hacía cuando me tomaba un helado y me tocaba otro igual... Me lo comía rápidamente, incluso aunque no me apeteciera...
Uno de los grandes momentos del día era cuando saltabas a la comba hasta acabar rendida y esa tarde no te había tocado ponerte ni una sola vez.
Las mayores preocupaciones que te llevabas a la cama eran las de saber si tu madre te dejaría ver la tele media hora más.
La peor faena que podía ocurrirte era que una de tus amigas dejara de ajuntarte... Afortunadamente en el siguiente recreo el drama se solucionaba.
Sentí una nostalgia absurda al acordarme de todas estas cosas (¿cualquier tiempo pasado nos parece mejor?) y es que no puedo dejar de afirmar que tuve una infancia bastante feliz.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Bienvenidos a mi mundo

Acabo de llegar, despacito, de puntillas, sin hacer mucho ruido... Hace tiempo que observo en la oscuridad, celosa de la libertad que ofrecen los blogs, deseando formar parte de esto, soñar, inventar, imaginar, crear... Escribir, eso que me gusta tanto...
Por fin me he decidido, voy a aportar mi pequeño granito de arena a este mundo virtual, sin saber muy bien qué pasará ahora, si seré capaz de hacerlo bien, si la gente me leerá, si interesará lo que tengo que decir... Tampoco sé exactamente qué voy a decir, qué voy a escribir, si esto se convertirá en una especie de diario disparatado, un cúmulo de relatos que no tengan nada que ver unos con otros, si simplemente escribiré lo que me apetezca en cada momento... No lo sé pero lo que sí tengo claro es que ilusión y ganas, no me faltan.

¡Hasta pronto!